Una última partida rápida
Pretendimos disfrazarlo con nombre de juego.
Sabes de los que hablo.
Me refiero a eso que temíamos llamar algo, y nos enfadaba denominarlo nada. Justo eso.
Creímos inventarnos un disfraz.
Creíamos estar a salvo con el.
Pero tus besos siempre quemaron demasiado como para no quemarme.
Y mis labios te sabían demasiado bien como para desengancharte.
Así que venga, seamos sinceros!
Convertimos la palabra vicio en carne y huesos; en miradas que secuestran sonrisas; y en caricias que dolían muy hondo.
Tonta de mi, que dejó que tus brazos fuesen mi nuevo refugio y tus manos mi santuario.
Tonta de mi,por probarte una última vez.
Waisy.
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